14 enero 2022

El emprendimiento empresarial como estrategia de éxito

La empresa, como entidad creadora, no debe quedarse fuera del estímulo del emprendimiento. Al contrario. Una empresa es el ecosistema perfecto para que nuevas ideas y modelos de negocio se creen y crezcan. Por eso hablamos de emprendimiento empresarial o incluso intraempresarial.

En este post, vamos a tratar de poner de relieve la importancia de lograr que dentro de un negocio preexistente se desarrollen oportunidades que aporten valor tanto a la organización como a la sociedad en que se enmarca.

En Fundación LAB Mediterráneo apostamos por el emprendimiento, especialmente en el área de la tecnología, motivados por nuestra propia naturaleza: somos empresarios y sabemos sumar fuerzas para generar acción. Creamos, hacemos e impulsamos.

 

emprendimiento

emprendimiento empresarial

Punto de partida del emprendimiento empresarial

El emprendimiento empresarial parte de una idea que se intenta transformar en valor. Pero, para que esta idea surja, es imprescindible que se cree un clima donde la creatividad no se vea coartada, sino fomentada.

Así que, de inicio, el emprendimiento empresarial va a requerir de actitud y caldo de cultivo. Con la idea identificada, llega el momento de formular muchas preguntas que cuestionarán, sobre todo, su viabilidad, oportunidad y su capacidad de generar necesidad.

Si la idea supera este test, nos acercamos al momento de desarrollar el mecanismo que permita hacerla realidad. Sin planificación estratégica, la mejor de las ideas deja de ser una realidad potencial. Hacen falta objetivos, indicadores, visión y organización.

Pero para llegar a desarrollar estratégicamente una idea, primero necesitaremos planificar los pasos que permitirá que esa idea se convierta en una realidad.

Climas perfectos para el emprendimiento empresarial

En España aún no hemos alcanzado la media europea en cuanto al emprendimiento dentro de la empresa. Y Estados Unidos aún nos queda un poco más lejos; pero la transformación ya se ha iniciado y, poco a poco, se va normalizando el fomento del emprendimiento en la empresa.

Poner en marcha un clima de emprendimiento empresarial requiere de un cambio de concepción y de mucha comunicación interna. Se debe vencer el prejuicio de que las horas dedicadas a crear no son horas rentables, al contrario.

No solo posibilita crecer económicamente gracias a una idea fresca, el emprendimiento bien nutrido en la empresa genera también beneficios internos aparentemente intangibles pero con un enorme potencial.

La sensación de motivación y de aval a su trabajo creativo será imprescindible para los emprendedores, que además necesitarán formación, tiempo y recursos. Además, la labor de guía de los mentores y la capacidad de detección del talento latente se deberán organizar si se quiere disfrutar de los beneficios del emprendimiento empresarial.

Herramientas que fomentan el emprendimiento empresarial

Para sacar a la luz el talento oculto, además de comunicar el respaldo al emprendimiento, existen una serie de acciones que se pueden incluir en la estrategia de emprendimiento de una empresa.

  1. Se pueden llevar a cabo jornadas en las que se creen auténticas tormentas de ideas, e incluso competiciones en las que un premio estimule la creatividad en la empresa.
  2. Los espacios hacen al emprendedor, así que contar con una zona para el nacimiento de ideas diferenciada de la producción, será una gran aportación al fomento del intraemprendimiento.
  3. La proximidad y disponibilidad de expertos y mentores serán herramientas clave, ya que pueden aportar, desde la experiencia, matices enriquecedores a una idea creativa.

 

emprendimiento empresarial

emprendimiento en las empresas

 Cómo tratar el crecimiento de una idea en la empresa

Para que el emprendimiento empresarial se convierta en la estrategia del éxito, debemos hacernos una serie de reflexiones. Una vez surjan las primeras ideas, tendremos que comprobar si son capaces de ajustarse a la misión de la empresa.

La misión en este caso es la causa misma de la existencia de una empresa. Y no hablamos tanto de definir el tipo de negocio como de lograr identificar el motivo por el que la organización existe. Si la idea y la causa de la empresa son compatibles, lo siguiente será comprobar que aporta algo a la visión.

Después de todo, la visión de una empresa es una apuesta de futuro, un estado o lugar ideal. Todas las acciones e ideas por las que se apuesten deben ir encaminadas a hacer realidad esa visión.

A partir de ahí se realizará el trabajo de exponer cuál es el valor que aporta a la empresa la idea emprendedora. ¿Qué oportunidades o qué mercados va a abrir? ¿Cómo va a conseguir reforzar el reconocimiento de marca?

Tras estos exámenes del “alma” de la idea, se hace necesario evaluar su viabilidad, fortalezas y debilidades. Todo aquello relacionado con su traslación a la realidad.

A partir de aquí el emprendimiento empresarial pasa a la categoría de proyecto en marcha, y seguirá necesitando de una visión estratégica que permita marcar metas, establecer un plan de acción y ser capaces de medir los progresos.

Por tanto, no podemos desligar el emprendimiento empresarial de la planificación estratégica, entre ambos marcan un horizonte continuo y aportan valor a la organización.

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